La administración desleal es un término que se utiliza para describir una serie de prácticas empresariales engañosas e ilegales que tienen como objetivo obtener ventajas competitivas injustas. Estas prácticas pueden incluir desde el uso de información confidencial de la competencia hasta la difusión de información falsa sobre los productos o servicios de la competencia. En definitiva, la administración desleal se trata de una práctica comercial ilegal que puede tener graves consecuencias tanto para la empresa como para los consumidores y la industria en general. En este artículo, exploraremos algunas de las prácticas más comunes de la administración desleal y cómo evitarlas.
Definición de Administración desleal
La administración desleal es una conducta ilícita que consiste en abusar de la posición en que se encuentra un administrador de una sociedad, valiéndose de sus facultades y atribuciones para causar perjuicio a la sociedad, a sus socios o terceros, con el fin de obtener un beneficio propio o para terceros.
Esta conducta es relevante en la sociedad actual debido a que puede generar consecuencias negativas para la economía y sociedad en general, como despidos, quiebras empresariales, cierre de negocios, entre otras. Además, puede generar desconfianza en los mercados y en los inversores, lo que a su vez puede afectar negativamente el crecimiento económico y el bienestar social.
En muchos países, la administración desleal es considerada como un delito penal y se castiga con sanciones económicas y hasta con la privación de libertad para los administradores que la cometan. De esta manera se busca proteger a la sociedad y evitar que se repitan conductas ilícitas de este tipo.
Fundamentos de Administración desleal
La administración desleal es un delito que se tipifica en el ámbito del derecho mercantil y comercial, y representa una infracción contra la lealtad y la buena fe que deben imperar en todas las relaciones empresariales, especialmente en las que conciernen a la gestión y la dirección de sociedades. Este delito puede estar relacionado con diversas conductas fraudulentas, como la apropiación indebida de fondos, la obtención de información confidencial, la manipulación de balances y cuentas, el incumplimiento de obligaciones fiscales o sociales, el sabotaje de la actividad empresarial o la competencia desleal.
La administración desleal se regula dentro del Código Penal español en el artículo 252, en el que se establece que «el que, en el ejercicio de su cargo, infrinja sus obligaciones de administración, disminuyendo el patrimonio de una sociedad o entidad, con el fin de obtener un beneficio indebido para sí o para otro, causando un perjuicio económico a la misma, será castigado con la pena de prisión de uno a seis años y multa del tanto al triplo del beneficio indebido obtenido».
Asimismo, la norma apunta que «si el perjuicio causado fuera de especial gravedad, se impondrá la pena de prisión de seis a doce años y multa del tanto al quíntuplo del beneficio obtenido», lo cual demuestra que el legislador considera muy grave este delito, que puede afectar no sólo a la empresa afectada sino también a terceros (proveedores, clientes, trabajadores, etc.) y al mercado en general.
En cuanto a los elementos constitutivos del delito de administración desleal, éstos son:
– El sujeto activo debe ser una persona con cargo de administración o gestión en una sociedad o entidad, ya sea de manera legal o de facto. Por tanto, no cualquier persona que cause perjuicios a una sociedad comete este delito, sino que debe ser alguien que ostente un poder de dirección o control sobre la misma.
– La conducta típica consiste en infringir las obligaciones de administración, que incluyen la diligencia, la lealtad y la transparencia en la gestión, con el propósito de obtener un beneficio indebido para sí o para otro. Es decir, no basta con una mala gestión o un error en la toma de decisiones, sino que debe haber una intención fraudulenta de perjudicar a la empresa y enriquecerse a costa de ella.
– El perjuicio económico a la sociedad debe ser real y cuantificable, y debe haber sido causado directamente por la conducta del sujeto activo. Es decir, no se castiga la simple negligencia o la falta de pericia, sino la actuación dolosa o intencionada que provoque un daño patrimonial a la empresa.
– Finalmente, el beneficio indebido obtenido debe ser también real y cuantificable, y debe guardar una relación directa con el perjuicio causado. El hecho de que el sujeto activo se haya enriquecido con una conducta delictiva es fundamental para la configuración del delito de administración desleal.
En conclusión, la administración desleal es un delito que puede tener graves consecuencias para la empresa afectada, así como para el conjunto del mercado y la economía en general. Por eso, es importante que todos los responsables de la gestión empresarial actúen con la máxima diligencia, lealtad y transparencia, y eviten cualquier conducta que pueda poner en riesgo los intereses de la sociedad. Además, es fundamental que se promueva una cultura ética y responsable en el ámbito empresarial, y que se fomente la formación y la sensibilización en materia de cumplimiento normativo y prevención de delitos.
Aplicación practica y ejemplos de Administración desleal
La Administración desleal es una figura legal que se refiere a la violación de un deber fiduciario o la falta de cumplimiento de un estándar ético. Esta figura se aplica en muchos ámbitos de la vida, incluyendo el mundo de los negocios y las relaciones personales. A continuación, se presentan algunos ejemplos prácticos del concepto de Administración desleal y su aplicación en diferentes situaciones legales:
– En el mundo de los negocios, la Administración desleal ocurre cuando una empresa o empresario actúa en detrimento de sus competidores con tácticas ilegales o poco éticas. Por ejemplo, si una empresa de productos de limpieza falsifica los resultados de las pruebas de sus productos para que parezcan más efectivos que los de sus competidores, se estaría cometiendo una Administración desleal.
– En las relaciones laborales, la Administración desleal puede referirse a la discriminación, el acoso laboral o el incumplimiento de las obligaciones contractuales. Por ejemplo, si un empleador despide a un empleado por denunciar prácticas ilegales dentro de la empresa, estaría cometiendo una Administración desleal.
– En el ámbito familiar, la Administración desleal puede referirse a la falta de cumplimiento de obligaciones y responsabilidades hacia los miembros de la familia. Por ejemplo, si un padre se niega a pagar la manutención de sus hijos después de un acuerdo legal, estaría cometiendo una Administración desleal.
– En el contexto de las relaciones entre consumidores y empresas, la Administración desleal se refiere a prácticas comerciales injustas o engañosas, como publicidad falsa o engañosa. Por ejemplo, si una empresa publicita un producto como «natural» cuando en realidad contiene productos químicos dañinos, estaría cometiendo una Administración desleal.
En conclusión, la Administración desleal es un concepto legal amplio que se aplica a muchas situaciones diferentes. En cada caso, se trata de una violación de la ética y la integridad, y puede ser sancionada por la ley en función de las consecuencias y el tipo de daño realizado.
Referencias bibliograficas
Aquí te dejo algunas referencias bibliográficas relevantes sobre Administración Desleal:
– López-Cózar Navarro, C. J. (2019). La lucha contra la competencia desleal. Iustel.
– Palacio, L. (2002). Manual de la competencia desleal. Tirant lo Blanch.
– Corral, L. (2012). La protección judicial de la competencia desleal. Aranzadi.
– Alfonso de Marcos, E. (2000). El secreto empresarial y la competencia desleal. Bosch.
– Bernárdez Rodal, A. (2009). La represión de la competencia desleal y la publicidad engañosa. Marcial Pons.
Espero que te sean de ayuda. ¡Buena lectura!